Raos: Plantas Enseñantes por Clara Best Núñez
Raos: Plantas Enseñantes Clara Best Núñez  Motivación en las raos...

Raos: Plantas Enseñantes

Clara Best Núñez

 Motivación en las raos de Clara Best

Los pueblos amazónicos utilizan las plantas como medio de defensa, para tratar enfermedades y epidemias e incluso para el desarrollo de las personas en la vida en comunidad. Jacques Tournon hace referencia en su libro Las Plantas, los Rao y sus espíritus lo siguiente:

Hay rao que son plantas medicinales, otras que no serían consideradas medicinales en otras culturas: plantas para cambiar los estados de conciencia (psicótropas y alucinógenas), plantas tóxicas, para la pesca y la caza.” (p.47)

La palabra rao proviene de la lengua shipibo-konibo para indicar cuando una planta es enseñante. Las raos no son solo las plantas curativas sino toda planta que tiene un poder. En ese sentido, existen dos variedades de plantas raos: las jakon rao que son remedios para sanar-curar y las jakoma rao que son tóxico-venenosas.

El consumo de las raos va precedido y seguido por un ikaku o dieta en lengua kukama, la cual es determinada por la persona que realiza el tratamiento. Para hacer las curaciones con plantas enseñantes se utilizan las hojas, los frutos, las semillas, la raíz, corteza y resina. También, se preparan de diferentes formas como son raspado, cocinado, quemado, machacado, entre otras formas. Asimismo, las plantas son extraídas con mucho cuidado y respeto para tener un efecto positivo en la utilización.

Existe una gran variedad de raos. En el libro El ojo verde aparece un cuadro de las raos más utilizadas por las comunidades Wambis, Shipibos, Achujar, Awajun, Kandozi, Ashaninka, Nomatsiguenga, Shawi, Shiwilu, Kukama-Kukamiria, Uitoto, Tikuna, Bóórá y Kichwa del Pastaza. Las raos que mencionan como plantas mágicas y más utilizadas para los brebajes son: ayahuasca, chacruna, toé, piripiri, tabaco, coca, ojé, achiote y curare.

La ayahuasca representa el centro de la vida para las comunidades shipibo-konibo. La palabra ayahuasca significa “soga de los muertos”. Mayormente, es ingerida junto a la planta de chacruna. Según el investigador Luis López en su libro Plantas usadas por Shamanes Amazónicos en el Brebaje Ayahuasca:

Lo más sorprendente de la acción biodinámica del brebaje radica en el conocimiento que los nativos amazónicos han tenido para combinar estas dos especies: “Ayahuasca” y “Chacruna”, cuyo efecto sinérgico permite producir el estado alucinógeno (visionario) de quien lo consume, lo que no es posible cuando el brebaje se prepara con sólo una de las especies. (p.19)

Sin embargo, existen otras formas de preparación del ayahuasca con otras plantas, como la chagropanga o el agregar además otros componentes como la ayahuma, la abuta, toé, etc.

Asimismo, existen diversas historias del descubrimiento de la ayahuasca por las personas. Algunas leyendas shibipas narran como un curandero de esa comunidad se convirtió en la planta luego de un gran periodo de dieta; mientras que leyendas wambis cuentan que la ayahuasca se apareció en sueños a un gran líder de la localidad de Huambisa a orillas del río Santiago y le enseñó cómo usarla.

La ayahuasca se ingiere después de un periodo de dieta, en el cual no se ha consumido animales, azúcares, sales y ají, así como la abstinencia sexual. Tampoco puede ser ingerida por mujeres gestantes o con su periodo menstrual. El uso de este brebaje no solo es para sanar enfermedades de origen psicopático o traumas, también a través de rituales que forman parte de las tradiciones de pueblos amazónicos, como por ejemplo una prueba de fortaleza para convertirse en guerrero de la comunidad awajun.

El toé es también conocido como el floripondio. El toé se utiliza para purgas, así como para visionar a través de los sueños o en estado consiente. La toma de toé es narrada en el libro Ino Moxo de César Calvo como:

La flor del tohé manda pero lo que se bebe brota del tallo. La viejita, Rosa Urquía, así se llamaba la viejita, cortó la rama de tohé, que en tierra de virakochas rinde una flor más pequeña, con menos color blanco y menos fuerzas. En la selva es más grande, más gruesa en su tallo, la flor misma es más flor, doble, como una dentro de otra… Rosa Urquía cortó una rama y le hizo un tajo vertical, hacia abajo, y raspó el corazón del tallo que es como manzana, hasta que empezó a salir el jugo. Lo dejó escurrir gota por gota dentro de un matecito, midió la sustancia metiendo el dedo en ese recipiente hasta la mitas de la uña de su pulgar, y me la dio a beber. (p.55)

El toé se consume para hacer consultas de hechos que han pasado o se encuentran sucediendo, para visionar el futuro y aprender sobre el mundo.

Una rao que acompaña diferentes ceremonias y tiene varias utilidades es el tabaco. Las hojas del tabaco pueden ser fumadas o aspiradas. Se conoce como mapacho al cigarro hecho con tabaco natural, el cual utilizan los curanderos para sanar a los enfermos con soplidos del humo. Además, sirve como elemento de inicio y término de ceremonias. Los awajun consumen tabaco desde muy jóvenes y es importante para su desarrollo social como se explica en el libro El ojo verde:

Para encontrar este poder, el joven siempre iba a tomar el “vegetal” fuera de su casa, cerca de una catarata. Para tomar el tabaco sacaba agua allí y después, en la madrugada, tenía que bañarse en el chorro. ¿Por qué en la catarata? Porque allí también viven o se acercan a tomar agua los ajutap, seres de la naturaleza que dan poder. (p.82)

El tabaco sirve como un medio para comunicarse con los ajutap o espíritus de la naturaleza, los cuales enseñan a los seres humanos cómo vivir en armonía con su entorno.

La hoja de coca es una rao sagrada en la cosmovisión andina, la cual también es utilizada en algunas comunidades amazónicas. Asimismo, el polvo que se obtiene de tostar, moler y cernir las hojas de coca es conocido como mambe o ypadú. Martha López, Nereyda López y Santiago Yahuarcani narran en Jiaño Nokikuriño / El verano y la lluvia:

Mambeando coca y lamiendo ampiri, se me presentan múltiples sueños y visiones, los atrapo en mi memoria para después traerlos a este mundo. Tallo en la liviana madera balsa a los hijos  de la naturaleza. Así emergen  personajes como Shiminbro, dueño del sonido; Turuoma, hombre sapo y venenoso; y Fiodo, el saltamonte. (p. 45)

Los ashaninka, uitoto y los bóórá ingieren la hoja de coca triturada. Se consume para inducir a las personas en los trances ceremoniales, también como fuente de energía para el trabajo, además es un digestivo y posee propiedades analgésicas y curativas.

Existen diferentes leyendas para explicar el origen del piripiri, pero muchas comunidades coinciden en sus poderes curativos y visionarios. Según Luisa Elvira Belaunde en el libro Kené: arte, ciencia y tradición en diseño:

El piripiri, llamado waste en shipibo-konibo, también es una manifestación de la anaconda ronin, pues según la mitología, esta planta brotó de sus cenizas. […] También, son ritualmente preparadas para adquirir el don de visualizar diseños en su mente y plasmarlos con destreza sobre un soporte material. El ritual consiste en colocar en sus ojos y en el ombligo unas gotas de jugo de piripiri. Se considera que este tratamiento agudiza la visión de las jóvenes, otorgándoles la capacidad de concebir visiones kené en sus sueños y en sus “pensamientos” (shinan), y de trazar kené con gran destreza sobre la superficie de los cuerpos. (pp. 18-19)

En algunas comunidades como la shipibo-konibo se aplica la sustancia del piripiri en los ojos de las niñas para que visionen y aprendan hacer los diseños o también llamados kenés. Sin embargo, se conoce una gran variedad de piripiris, algunos de ellos sirven como afrodisiacos, anticonceptivos, entre otras funciones.

Para las comunidades amazónicas, las raos poseen dos naturalezas: una material y una espiritual. La última es el yoshin o espíritu en lengua shipibo, quien trata a los agentes etiológicos de las enfermedades durante las sesiones, en las cuales es invocado por el experto en raos o también llamado raomi.

En el libro El ojo verde aparece el testimonio de César Tii Ikam o “monte duro” en lengua awajun, quien explica la relación del ingerir las plantas enseñantes con los espíritus:

El poder de ajutap era de diferentes formas. En el momento de presentarse estos seres – bajo la forma de animales – pronunciaban un “discurso”, hablando como seres humanos, anunciándoles a las personas cómo sería su vida. Para recibir ese “discurso”, el awajun desde niño empezaba a dietar y cumplía las normas, tomando siempre toé, tabaco y ayahuasca. (p.82)

Los ajutap o espíritus en lengua awajun daban el poder a los seres humanos, si es que las personas seguían las indicaciones de las dietas. Existen varios ajutap, dos de los más importantes son Pagki o boa y Wagkaanim o tigre de agua.

Eduardo Viveiros de Castro explica el perspectivismo amerindio desde diferentes formas de concebir el mundo en relación a la visión occidental. En el libro La mirada del jaguar, Viveiros describe lo siguiente:

Todas las especies pueden ser consideradas como humanas en un momento u otro. Todo es humanizable. No todo es humano, pero todo tiene la posibilidad de volverse humano porque todo puede ser pensado en términos de auto-reflexión, esto es el “animismo” indígena: permitir a todo la posibilidad de reflexión. (p.47)

Para los indígenas amazónicos, al principio todos éramos personas y luego, algunas se convirtieron en plantas y otras en animales; es por ello que el vínculo con el entorno posee otras formas de comunicación.

Las plantas no son solo alimento físico, también se aprende a través de ellas. Las raos son plantas importantes para el desarrollo de las personas de forma individual y colectivamente en la Amazonía, así como para buscar la armonía de la existencia con el mundo que nos rodea. En el libro Koshi Shinanya Ainbo / Testimonio de una mujer shipiba de Pilar Valenzuela y Agustina Valera se explica:

Cuando nos curamos los ojos con el piripiri tenemos sueños. Soñamos que estamos en medio de diseños elegantes y resplandecientes. A veces trabajamos con el espíritu del piripiri, de noche diseñamos en nuestro sueño. Otras veces vemos a las yacumamas. Esto no ocurre así nomás, esto es debido al piripiri con el que nos han curado. El que nos hagan aprender con el piripiri no es algo reciente, desde tiempos antiguos tenemos el piripiri. (p. 66)

Muchas veces las plantas enseñantes se utilizan desde la niñez, como el caso de tabaco, toé y ayahuasca en los hombres awajun o piripiri con las mujeres shipibas. Las raos son plantas fundamentales en el transcurso de la vida de las personas en las comunidades amazónicas, porque cumplen diferentes funciones en el desarrollo individual y social. Las plantas son seres que merecen respeto y el cuidado necesario para ser preservadas, teniendo en cuenta que son medicina. Sus conocimientos se han transmitido de generación en generación, en la búsqueda de los seres humanos por vivir en armonía con la naturaleza.

 

 

.

Bibliografía

  • Belaunde, L. (2009). Kené: arte, ciencia y tradición en diseño. Ministerio de Cultura del Perú.
  • Calvo, C. (2018). Ino Moxo. Peisa.
  • Landolt, G., Dávila, C. et al. (2004). El ojo verde. Telefónica del Perú.
  • López, L. (1998) Plantas usadas por Shamanes Amazónicos en el Brebaje Ayahuasca.
  • López, M., López, N. y Yahuarcani, S. (2017). Jiaño Nokikuriño / El verano y la lluvia. Casa de la Literatura Peruana.
  • Tournon, J. (2006). Las Plantas, los Rao y sus espíritus. Gobierno regional Ucayali: Gerencia regional de desarrollo social.
  • Valenzuela, P. y Valera, A. (2005). Koshi Shinanya Ainbo. Testimonio de una mujer shipiba. Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales UNMSM.
  • Viveiros, E. (2014). La mirada del jaguar. Tinta Limón.
About Author
Diana Riesco Lind